Del mismo modo que hace miles de años atrás el mercado le encontró una solución al trueque y creó el dinero, el mercado lo vuelve a hacer y nace el Bitcoin. Una forma pura de orden espontáneo que proporciona a los usuarios un medio de pago que posibilita la ejecución de transferencias de valor rápidas a bajo coste y además no puede ser controlado ni manipulado por gobiernos, bancos centrales o entidades financieras. El Bitcoin no se tambalea ante la incertidumbre causada por la injerencia gubernamental en la manipulación de la moneda nacional, sino todo lo contrario: se fortalece.

El origen del Bitcoin se remonta al año 2008 donde la crisis de las subprime y la incertidumbre mundial desestabilizó el auge económico que predominaba. Cuando el perfil anónimo Satoshi Nakamoto envía un mensaje que contenía el famoso “White paper”, titulado formalmente: “Bitcoin: A Peer-to-Peer Electronic Cash System”, describiéndolo como: un nuevo sistema de efectivo electrónico que es totalmente “peer-to-peer”, que no pueden revertirse, y que no está basado en terceros de confianza, a la lista de correo electrónico sobre criptografía en “metzdowd.com” que pertenece a la sociedad limitada Metzger, Dowdeswell & Co. Introduciendo así al mundo una revolución económica sin precedentes.

El Bitcoin entra en funcionamiento en el 2009 con la primera red peer-to-peer (P2P) basada en dicho protocolo. Luego de la puesta en marcha del primer software de código abierto para correr nodos de la moneda, lo cual supuso también la creación de los primeros bitcoins y el inicio de la minería de la misma criptomoneda. El primer bloque de bitcoins, conocido como el bloque de génesis, es minado por el propio Satoshi Nakamoto. Ya en adelante se lanza el primer cliente de software de código abierto para correr nodos de la moneda a través de la plataforma sourceforge.net, el proyecto crece mediante contribuciones de voluntarios e iba tomando forma, llegando incluso a realizarse una compra de dos pizzas por 10.000 bitcoins en el año 2010.

Respecto al aspecto técnico del sistema, señalado por Nakamoto en el “White paper”, Bitcoin es viable gracias a las “blockchain”, es decir cadena de bloques, el cual es un registro único, consensuado y distribuido en varios nodos de una red, sería como un libro contable único en el cual se registran cada una de las transacciones. El sistema fue diseñado para generar un número fijo de bitcoins por unidad de tiempo a través de computadores llamados comúnmente mineros, el código establece que existirán solamente 21 millones de unidades, donde paulatinamente la cantidad emitida se irá reduciendo por medio de los “halvings”, es decir, por medio de la operación que se refiere a la cantidad de monedas que reciben los mineros por agregar nuevas transacciones a la cadena de bloques que se reduce a la mitad. Hasta este 2021 se ha minado aproximadamente 18.678.843,75 (~88.94%) bitcoins siendo el tope de fecha el año 2140.

Nakamoto explica que el proceso de minar bitcoins es el proceso de invertir capacidad de cómputo para procesar transacciones esto sirve para permitir la sincronización entre usuarios y proveer de seguridad a la red. Podría describirse como el centro de datos de Bitcoin, excepto que es completamente descentralizado con mineros operando alrededor del mundo, sin que nadie tenga el control absoluto sobre la red. Se podría afirmar que minar bitcoins es análoga a la minería del oro.

A diferencia de la minería del oro, la minería de Bitcoin otorga una recompensa a los mineros a cambio de servicios útiles que son necesarios para que la red de pagos funcione de manera segura. Nakamoto afirma que la minería de Bitcoin seguirá siendo imprescindible hasta que se haya emitido el último bitcoin.

Para que las nuevas transacciones sean confirmadas, es necesario que se incluyan en un bloque con una prueba de trabajo matemático. Las pruebas son muy complejas y difíciles de calcular ya que la única manera de superarlas es intentando hacer miles de millones de cálculos por segundo. Los mineros realizan estos cálculos antes de que sus bloques sean aceptados por la red y antes de ser recompensados. Nakamoto explica que cuanta más gente empiece a minar, la dificultad de encontrar bloques válidos se incrementa automáticamente por la red para asegurar que el tiempo promedio de encontrar un bloque es siempre de 10 minutos. Haciendo que minar sea una tarea muy competitiva donde ningún usuario pueda controlar por si solo lo que es incluido en la cadena de bloques.

La prueba de trabajo está diseñada también para depender del bloque anterior y así forzar el orden cronológico en la cadena de bloques. En consecuencia, la dificultad de revertir las transacciones anteriores crece exponencialmente porque se necesita recalcular las pruebas de trabajo de los bloques posteriores. Cuando se encuentran dos bloques al mismo tiempo, los mineros trabajan en el primer bloque que reciben y pasan a la cadena más larga tan pronto como se encuentra un nuevo bloque. Esto permite que el minado asegure y mantenga un consenso global basado en la potencia de procesado.

Los mineros de Bitcoin no pueden hacer trampa incrementando su propio botín ni procesar transacciones fraudulentas que puedan corromper la red, pues todos los nodos rechazarían cualquier bloque que contenga datos inválidos, tal como lo especifican las reglas del protocolo Bitcoin. Consecuentemente, la red permanece segura aún si no todos los mineros son de confianza.

Respecto al consumo eléctrico, gastar energía en asegurar y hacer funcionar un sistema de pago no es ningún derroche de energía eléctrica ni pérdida de tiempo. Como cualquier otro sistema de pago, el uso de Bitcoin conlleva costes de procesamiento. Los servicios necesarios para el correcto funcionamiento de las monedas más extendidas mundialmente como los bancos, tarjetas de crédito y vehículos acorazados también necesitan muchísima energía. Al contrario que Bitcoin, ese consumo de energía no es transparente y no puede ser medido.

El minado de Bitcoin fue diseñado para que se vuelva más optimizado con el tiempo debido a hardware especializado que consume menos energía, y así los costos operativos del minado deberían continuar siendo proporcionales a la demanda. Cuando el minado se vuelve demasiado competitivo y menos rentable, algunos mineros deciden suspender sus actividades. Una red de minería eficaz es aquella que no está consumiendo energía extra.

El minado crea el equivalente de una lotería competitiva que hace muy difícil que alguien pueda agregar nuevos bloques consecutivos en la cadena de bloques, esto protege la neutralidad de la red al prevenir que cualquier individuo obtenga el poder de bloquear ciertas transacciones. Asimismo, esto previene a cualquier individuo reemplazar partes de la cadena de bloques para revertir sus propios gastos, lo cual podría ser usado para defraudar a otros usuarios. El minado hace que revertir una transacción sea exponencialmente más difícil al requerir que se sobrescriban todos los bloques siguientes a esa transacción.

Aunque a lo largo de la existencia del Bitcoin se han detectado fallos en la seguridad y se han ido solucionando con el tiempo mediante cambios en el software. Al igual que cualquier otro tipo de software, la seguridad depende de la velocidad a la que se encuentran y solucionan los problemas. Desde el punto de vista de Nakamoto “nunca antes el mundo ha visto una moneda de una start-up, por lo que es realmente difícil (y emocionante) imaginar cómo se desarrollará”.

A menudo hay malentendidos sobre robos y brechas de seguridad que ocurren en diversos exchanges. Aunque estos sucesos son una desgracia, ninguno de ellos envuelve al propio Bitcoin siendo hackeado, ni implican brechas en Bitcoin; del mismo modo que el robo de un banco no significa que el dólar esté comprometido. Aun así, es preciso decir que unas buenas prácticas y soluciones intuitivas de seguridad son necesarias para que los usuarios tengan una mejor protección de sus activos y reducir el riesgo de robo y pérdida. Durante el transcurso de los últimos años, estas características de seguridad han sido rápidamente desarrolladas, como la encriptación del monedero, monederos offline o “cold storage”, monederos físicos o “hard wallet”, y transacciones multi-firma.

La escasez digital del Bitcoin se podría decir que es equivalente a la escasez natural del oro, aunque sin la posibilidad de que el gobierno termine confiscándolo como ocurrió en 1933 con la orden ejecutiva 6102 firmada por Franklin D. Roosevelt por motivo de la caída de las reservas de oro de la Reserva Federal a razón de la pérdida de confianza respecto al dólar. Esto hace incluso viable la posibilidad de desplazar al mineral como reserva de valor, para así protegerse de la inflación provocada por las distorsiones en la oferta monetaria generadas por los bancos centrales y la expansión artificial del crédito. Si todos quieren bitcoins y la cantidad total es limitada, su apreciación es cada vez mayor. Inevitablemente diversas instituciones, solo por mencionar a algunas: VISA, Tesla, PayPal, MicroStrategy, TIME magazine y demás, han decidido invertir parte de sus carteras en bitcoin en una tendencia que pareciera ciertamente posicionar al activo como próximo medio de reserva de valor. Irónicamente las pasarelas de pago VISA, MasterCard y Paypal que en el pasado bloquearon donaciones a Wikileaks, y este pasó a financiarse por medio de bitcoins, en el 2011 ahora en el 2021 empiezan a aceptar el bitcoin como modalidad de pago.

En relación a la volatilidad que suele ser tan despreciada por diversos académicos y periodistas, ésta es fenómeno directo de las interacciones entre la oferta y la demanda. Siendo así un proceso dinámico durante las 24 horas, los 7 días de la semana y los 365 días del año. Nakamoto sostiene que dicha volatilidad comenzará a disminuir conforme el mercado y la tecnología del Bitcoin maduren.

Es importante tener en cuenta que no necesitas tener miles de dólares para comprar 1 bitcoin ya que es altamente divisible para permitir micro-transacciones, dividiéndose hasta 8 decimales, siendo la unidad mínima que puede comprarse 0.00000001 BTC (o BTX), por tanto, es posible obtenerlos en su mínima expresión. Para facilitar aún más las transacciones existen los “exchanges” que serían como casas de cambio virtuales que permiten abrir una “wallet” o también denominada “hot wallet” que es una como una cuenta virtual, o monedero, a través de la cual se puede comprar, vender o guardar bitcoins.

En dichas plataformas suelen imponer un monto mínimo de inversión para las distintas operaciones o movimientos, comisiones y cargos que conviene tener en cuenta antes de empezar a operar. Las tarifas y comisiones no son homogéneas ya que cada exchange tiene sus propias políticas, pero usualmente oscilan entre el 0,5% y el 6% del monto invertido, dependiendo del método elegido. Los exchanges son una manera de adquirir bitcoins en un mercado de tamaño mundial y no únicamente por medio del P2P.

Cada monedero de criptomonedas posee una dirección alfanumérica única, siendo a su vez única para cada usuario. Este código opera, al hacer transferencias, como el registro de una cuenta bancaria, aunque con validez mundial. Así, para enviar bitcoins a otra persona que tenga un monedero, solo basta con indicar la cantidad a transferir y el código único del receptor y para recibir bitcoins, se le debe enviar a al emisor el código propio, las direcciones de los monederos incluso tienen forma de código QR. Esto hace que la acreditación sea casi inmediata, dejando obsoleta a empresas de transferencias bancarias como Western Union. Asimismo, el Bitcoin no es anónimo, y no puede ofrecer el mismo nivel de privacidad que el dinero en efectivo, a causa de dejar registros públicos.

Cabe tener en cuenta la diferencia entre un monedero de un exchange y un monedero fuera del Exchange, porque no necesariamente existen solamente en los exchanges, puesto que los monederos son antecesores de los exchanges. Así también están las “software wallets” y las “cold wallets” que sirven como bóvedas o caja fuerte ajena a los exchanges que protegen al usuario ante un posible quiebre del Exchange. Dado que, si quiebra, el dinero que estaba en el monedero del exchange se pierden los fondos.

Actualmente la capitalización de mercado de Bitcoin (US$ 1.1 billones) es ahora mayor que los tres de los principales bancos de EE.UU combinados, JP Morgan ($ 473 mil millones), Wells Fargo (US$ 167 mil millones)  y Bank of America (US$ 345 mil millones). Al llegar a un precio de mercado de US$ 64.000 el Bitcoin se convierte en la sexta moneda más grande del mundo y supera en tamaño a la libra esterlina británica. Sin embargo, muchos bitcoins no tienen liquidez esto a razón de un aumento sostenido de bitcoins ilíquidos, o “holdeados” por parte de los usuarios, siendo alrededor del 78% del suministro de bitcoins. Así, solo alrededor de 1.2 millones líquidos y 3 millones altamente líquidos. Solo 4.2 millones (22%) están actualmente en circulación constante y disponibles para compra y venta.

Para ello el mercado crea una alternativa para aquellos que deseen deshacerse de sus bitcoins: las  “stablecoins” o monedas digitales estables que se presentan como el activo digital capaz de facilitar el comercio, las transferencias y desarrollo de una economía digitalizada, ofreciendo estabilidad de precios mediante el respaldo de un activo o varios de ellos. Actualmente, el dólar americano continúa siendo la moneda predominante y en menor medida el euro. Diversas instituciones, como los bancos centrales y empresas, se encuentran desarrollando y analizando la aplicabilidad de las denominadas stablecoins pero sin la característica fundamental del Bitcoin: la escasez.

Aunque es importante resaltar la labor de las stablecoins para los mercados emergentes, como señala Hanke (2020) en su lista de países con tasas de inflación anual superiores al 25 por ciento anual como Argentina, Venezuela, Haití, Zimbabue, Zambia, Nigeria, Irán, Líbano, etc., donde la inflación sigue siendo un fenómeno “multicausal” para ciertos burócratas que prevalecen en el poder, proporcionando la oportunidad de proteger el dinero y comercializar mediante un medio estable. Así las víctimas de dichas naciones pueden huir de sus monedas hiperinflacionarias.

En definitiva el Bitcoin resuelve problemáticas que aquejan las transacciones económicas; prescindiendo de un intermediario, siendo relativamente barato, altamente transportable, divisible y resistente a cualquier intento de falsificación, de carácter global y sin barreras de ingreso ni egreso de las transacciones, descentralizado, cifrado y a la vez transparente, permitiéndole seguir fortaleciendo cada día más su apreciación al ser escaso, saber su velocidad y límite de emisión le permite fungir como reserva de valor ante las catastróficas decisiones políticas de los bancos centrales y gobiernos, como los salvatajes a entidades financieras corruptas junto a las instituciones de un país tal como señala Murphy con el caso del crash del 2008, derroche del dinero público e incluso evitando la financiación de guerras que conducen indefectiblemente a la muerte de millones de seres humanos.  El Bitcoin aleja el poder económico de los tiranos y conduce necesariamente a la libertad económica de la humanidad.

Autor: Martín Zayas