En la remota frontera de Corpus Cristi, Paraguay, donde la justicia parece inalcanzable, Alba Concepción Insfrán Viuda de Macoritto, de 75 años, lucha no solo por su tierra, sino por su vida. Pionera y única paraguaya que trabaja sus tierras en una región dominada por colonos brasileños, Alba se enfrenta a ataques violentos, complicidad criminal y la inacción de las autoridades. Su resistencia es un testimonio de la fortaleza de una mujer decidida a proteger su propiedad, su libertad y su vida.

Alba Concepción Insfrán Viuda de Macoritto ha dedicado 40 años de su vida a cultivar y defender su tierra en la frontera paraguaya. En un entorno dominado por colonos brasileños, ella se erige como la única que ejerce la posesión y propiedad  de la tierra en la zona. Su determinación la ha convertido en un símbolo de resistencia y coraje. La mujer paraguaya se planta con fortaleza a favor de la propiedad, la libertad y la vida.

Cierre del tránsito de caminos.

El 22 de mayo de 2024, Alba presentó una denuncia de violencia contra la mujer ante el Juzgado de Paz de Corpus Christi, bajo el expediente 40/2024. A pesar de la gravedad de la situación, el juez Héctor Rubén Ayala no tomó ninguna medida para protegerla, violando la ley 5777/16 que protege a las mujeres de la violencia. En su lugar, derivó el caso al Ministerio Público de Saltos del Guairá, donde el fiscal Carlos Cabrera tampoco actuó.

A pesar de la falta de respuesta de las autoridades, Alba continuó insistiendo. El fiscal Oscar Paredes, tras meses de inacción, finalmente ordenó una medida de protección a la propiedad de Alba tras la insistencia de ella y sus representantes. Este avance, sin embargo, fue rápidamente socavado cuando, en la noche del 27 de junio, su domicilio fue atacado a tiros, demostrando la ineptitud y desinterés de la Comisaría de Colonia Anahí y la Comandancia Departamental de la Policía de Saltos del Guairá en protegerla adecuadamente.

 

Al conocer las órdenes fiscales de protección policial, tanto la Comandancia de Salto como la Comisaría de Anahí no hicieron nada. Evidentemente, ignoraron esas órdenes fiscales y en represalia atacaron la casa de la señora esta noche.

Animales atacados por arma de fuego y arma blanca.

El caso de Alba revela una oscura realidad en la frontera paraguaya: la impunidad y la complicidad con el rollotráfico. Los «ladrones de rollos» operan con total libertad, protegidos por autoridades corruptas que priorizan sus propios intereses sobre el deber de justicia. Alba, con su propiedad en el corazón de esta región, se ha convertido en un blanco de estos criminales, que ven su resistencia como una amenaza a sus lucrativos negocios ilegales.

Incendios premeditados a fin de amedrentar a la victima. 

A pesar de los continuos ataques y la traición de las autoridades, Alba no se rinde. Cada día enfrenta la posibilidad de nuevos actos de violencia, pero se mantiene firme en su compromiso de proteger su tierra. Su lucha es un testimonio de la fortaleza con la que una mujer paraguaya puede defender lo que es suyo. La Sra. Alba Concepción Insfrán Viuda de Macoritto sostiene:

«Es amedrentamiento, a mi no me importa, son unos cobardes. A mi ya mi hicieron muchísimo daño. Van a caer, para un Paraguay mejor.»

Tráfico de maderas e invasión a la propiedad privada.

La historia de Alba Concepción Insfrán Viuda de Macoritto es un poderoso testimonio de resistencia frente a la adversidad y la injusticia. Su batalla no es solo por su tierra, sino por el derecho a vivir sin miedo y en paz. La inacción de las autoridades frente a su sufrimiento es una mancha en la conciencia de la sociedad.

La mujer paraguaya se planta con fortaleza a favor de la propiedad, la libertad y la vida. La historia de Alba no es solo la de una lucha individual, sino la de una resistencia colectiva contra un sistema que parece estar diseñado para proteger a los opresores. Es la impunidad la que permite que la injusticia continúe sin freno.