La Biblia dice que 30 monedas de plata le fueron suficiente a Judas para vender a Jesús. Hoy 38 millones de euros han bastado a los nuestros recién electos representantes para vender nuestra soberanía educativa a la UE, esos que llegaron jurando defenderla de injerencias extranjeras.
No hace mucho, en periodo electoral, cierto partido pedía el voto para luchar contra la venta de nuestra soberanía educativa a la UE a cambio de una “ayuda” de 38 millones de euros. Esa ayuda lleva implícita que los planes de estudio y política educativa se adecuarse a una Ideología de Género instalada como nueva teocracia en Occidente y promovida principalmente desde Europa y EEUU a través de la ONU no solo a través de campañas comunicacionales entre la población mundial a través de los medios de comunicación tradicionales y producciones audiovisuales, sino desde varias fórmulas coercitivas sobre los estados que se resistan a asumir esa nueva ideología que ha de sustituir a todos los credos y culturas nacionales.
Antes de las elecciones generales, dichos políticos hacían bandera para pedir el voto del pueblo paraguayo y hacían llamados a las masas de gente de bien a salir a las calles para exigir al gobierno de Mario Abdo no arrodillarse a la cesión de soberanía nacional y permitir dicha transformación educativa sumisa a la Ideología de Género que entraba en dicha ayuda como un lobo con piel de cordero para ir siendo instalada entre nuestros niños y jóvenes. Esa misma Ideología de Género que tantos desastres sociales, demográficos y psicológicos han creado estas últimas décadas en las sociedades occidentales, fomentadas por un interés de lobbies de ideología extremista y un globalismo que anhela aniquilar las soberanías nacionales basadas en las tradiciones, culturas, y a la familia como célula fundamental de una sociedad y sostén de una nación.
Se llamaba a la movilización de las familias, incluso usando principios religiosos, para oponerse a lo que el anterior gobierno había pactado con la UE para hacerse con esos jugosos 300 mil millones de guaraníes. Lo tachaban literalmente de “limosna” que Paraguay no necesitaba, de sumisión a poderes externos y de pérdida de la soberanía nacional, argumentos en los que muchos estuvimos de acuerdo. Atendiendo a esa llamada, cientos de miles de personas auparon en el poder a un presidente, senadores y diputados bajo la promesa de defender la soberanía educativa y a la familia tradicional paraguaya.
Pero tras las investiduras, esos mismos políticos ahora estaban inmersos en la “negociación” con la UE para “no perder” ese dinero que se les ofrecía y que ahora manejarían ellos, pasando de ser “limosna” prescindible a ser un “dinero indispensable para el sistema educativo paraguayo. En semanas, esos mismos que llamaban a manifestarse a favor de la familia y de la no inclusión de la Ideología de Género en Paraguay promovieron una ley “contra el machismo” que impondrá a los centros educativos a dar “talleres de igualdad de género” siempre enfocados en estigmatizar al varón heterosexual como un ser violento y agresor, además de campañas en medios de comunicación contra la “violencia machista” instalando la idea en la sociedad que la violencia es más grave según el sexo que la emplea y el que la recibe, rompiendo la igualdad entre los sexos garantizada en la Constitución Nacional. Curiosamente esta ley fue propuesta durante las negociaciones con la UE que buscaban cerrar el acuerdo que liberalizase los 300 mil millones de guaraníes a disposición de los recién elegidos administradores nacionales.
Y después de esto, y con una excusa tan ridícula como que cambiar la palabra “transformación” por “fortalecimiento” ya era más que suficiente, además de incluir algunos artículos de nuestra Constitución Nacional en el tratado, algo que no tiene valor jurídico porque ya la Constitución rige sobre todos los tratados y leyes, maquillaron ese mismo tratado para que los medios de comunicación afines propaguen la idea que con eso se cambiaba todo. Cuando no solo el fondo queda intacto, sino que además promovieron leyes de género previamente a la firma del tratado.
Siendo uno de los que defendió y creyó que la defensa de los valores y principios de la familia y la educación en igualdad de la juventud de Paraguay no tenía precio, el electorado resultó traicionado por todos aquellos que lograron un lugar en el congreso como supuestos defensores de las familias y que hoy aceptan lo que ayer llamaban “limosna” de 300 mil millones de guaraníes con la única diferencia que hoy pasará por sus manos y no por las del anterior gobierno.
Así pues, mientras nuestros políticos brindan con champán en elegantes salones con sus pares europeos, la soberanía nacional y las familias paraguayas tienen otro clavo más en un féretro llevado en procesión sobre los hombros de esos cientos de miles de personas que vuelven a sentirse traicionados otra vez más.